4 de julio de 2016
Pasado pródigo
El pasado no escatima. El pasado es pródigo, tanto que hasta se reinventa para darnos cosas nuevas cada vez. Anoche unas pastillas me hicieron escapar de su generosidad, pero esta mañana me tenía un nuevo regalo: por sorpresa me encontré el blog extinto del no tan extinto amor de mi vida, esa extraña criatura que a veces me amaba, a veces me odiaba y a veces era yo misma. La última entrada, cuando decidió dejar en pausa el proyecto, hablaba de un marido golpeador al que dejó. Lo recuerdo perfectamente. O lo recordaba, porque al leerlo me pareció que hablaba de mí. O tal vez en efecto hablaba de mí. O de los dos, él y yo. O de las dos, ella y yo, si es que alguna diferencia hay. Esta mañana el pasado, pródigo en sorpresas, me obsequió un recuerdo nuevo que quizá jamás sucedió. Una nueva historia de ella —¿ella?— y yo. ¿Y yo?
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